lunes, 21 de marzo de 2016

Tipificaciones y recetas

Los exponentes contemporáneos de la sociología fenomenológica ubican sus raíces intelectuales en el trabajo filosófico de Edmund Husserl. Alfred Schutz tomo como fuente principal de inspiración la obra filosófica de Husserl y la transformó en sociología, y es esa orientación la que se relaciona directamente con la sociología fenomenológica contemporánea.

Como se ha mencionado previamente, la sociología fenomenológica de Schutz se centra en la intersubjetividad. A Schutz no le interesaba la interacción física de las personas, sino el modo en que se comprenden recíprocamente sus conciencias, es decir, la manera en que se relacionan intersubjetivamente unas con otras. Tanto Husserl como Schutz se centraron en la intersubjetividad, sin embargo, Husserl lo hiso dentro del mundo de la conciencia y Schutz dentro del mundo social.

Schutz propuso el concepto de tipificaciones, según el cual, en cualquier situación que se da en el mundo de la vida cotidiana, una acción viene determinada por un tipo constituido en experiencias anteriores. Las tipificaciones ignoran los rasgos individuales y particulares, centrándose sólo en características genéricas y homogéneas.

Al tipificar de manera rutinaria a los demás, las personas también se auto-tipifican: “Hasta cierto punto, el hombre tipifica su propia situación dentro del mundo social y las diversas relaciones que tiene con sus semejantes y con los objetos culturales” (Schutz, 1976).

La tipificación adopta muchas formas, de manera general, siempre que se hace uso del lenguaje se está tipificando, por ejemplo, cuando llamamos a algo por su nombre (perro, casa…).


Si bien el individuo puede crear algunas tipificaciones, la mayoría de ellas son preconstituidas y derivadas de la sociedad, ya que las personas adquieren y almacenan tipificaciones a través del proceso de socialización y durante toda su vida. Las tipologías que utilizamos son socialmente aprobadas, han superado la prueba del tiempo y han llegado a institucionalizarse como herramientas tradicionales y habituales para la vida social.

En ocasiones Schutz utiliza el término de recetas como sinónimo de tipificaciones, sin embargo, las recetas tienden a tener relación con las situaciones, mientras las tipificaciones  se refieren a las personas. Las recetas permiten controlar las situaciones en que se encuentran las personas día con día, por ejemplo, cuando alguien saluda con la receta “¿cómo estás?” respondemos con la receta “bien ¿y tú?”.

Debido a la existencia de situaciones problemáticas, las personas no pueden confiar plenamente en las recetas y tipificaciones; deben ser capaces de adaptarse a circunstancias imprevistas, por lo cual, cuando los conocimientos actualmente disponibles no son suficientes, la persona debe crear e incorporar a él nuevas recetas o tipificaciones.

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